Mediocridad política

Es penoso y reprochable que nuestra sociedad duerma en el mundo de la mediocridad. Es frustrante que la cantidad no sea calidad, y que la bondad no encuentre vecindad. Es antiglobalización que pongamos fronteras  a la educación, al conocimiento y la libertad de movimiento circunstancial.

Podríamos atribuir culpables, pero no es lo más recomendable. De hacerlo, sabríamos que la justicia ha sido comprada con nuestro propio sacrificio. He aquí la única verdad que encontraríamos.

Sencillamente, nos queda la democracia, con sus mentiras y sus verdades. Nos queda el secreto fundamental de una verdadera democracia participativa, el derecho a votar. Hoy por hoy, es la bomba nuclear para arrasar con la política mal nacida, mal aplicada, y mal definida. Penosamente la madre literatura cada día está de luto, cada semana se ve envuelta en paño de lágrimas; su palabra –política- está siendo vilmente manoseada, cada letra es prostituida por un plebeyo que viste de aristócrata sin siquiera saber de aristocracia.

Es la mediocridad política quien me llevó a escribir y describir un ápice de compasión…

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