Las grandes leyendas que circulan en el seno de distintas sociedades, vinculan el renacimiento con la expresión literaria de «volver a nacer». A ello, hay quienes se opondrían a establecer un ápice de razón al simple hecho de intentar vivir nuevamente. No se trata de intentar, se tratar de hacer, es como el verbo, ser y estar, el ser es perdurable, el estar algo transitorio o pasajero. Por lo cual, volver a nacer debería ser la nueva oportunidad de vivir momentos de emoción, sentir latidos en el corazón, que las manos te tiemblen cuando estés al lado de la persona que quizá sea la excusa perfecta para el renacimiento.
El pensamiento emocional es sin duda, la llave para imaginar, cuestionar y materializar aquello que revolotea por nuestro ente pasajero de ilusiones. Poder imaginar un viaje en compañía de tus hijos, te ilusionará en gran medida y creará en ti un pensamiento emocional positivo.
La esperanza del renacimiento emocional hará de nosotros, seres perdurables con emociones transitorias.