En ocasiones el miedo se apodera de las acciones, muchas veces tomamos decisiones emocionales, mas no reales. Quizá, la vulnerabilidad se apodere de todo aquello que sentimos; felicidad, alegría, tristeza, dolor. Y por lo tanto, estamos expuestos a cambios emocionales. Sin duda, vivir un sentimiento es vivir una realidad, no haberlo hecho es vivir en base alguna experiencia, algo vacío.
¿Lamentarse por sentir amor o desamor? ¿Lamentarse por miedo a perder algo?
Pues, bien, es lo mejor que podemos sentir, es la vida materializada en sucesos, las mismas serán las guías absolutas para crecer y desarrollar mecanismos de defensa. Tendrás herramientas para luchar, maneras de salir victorioso y no morir en un trágico desconsuelo de un «me rindo».
Somos lo que somos, seres vulnerables, amantes del buen vino, exploradores incansables, pero por sobre todo, seres con sentimientos.